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Tuesday, December 31, 2013

Llegó tu hora...por fin.

Y por fin llegó. Me he despertado hoy. He llegado aquí, aunque no estaba seguro de ello. No sé muy bien cómo. ¿Hoy es el día, verdad? Hoy es el día del que ya no puedes pasar, tu fecha límite, tu caducidad, tu agonía... como intentaste la mía. Me has hecho todo lo malo que podías hacerme y no sólo a mí, que sería lo de menos, sino que sé que has sembrado la tristeza y el dolor por allá por donde has pasado. Hoy mismo, moribundo ya, intentas hacerme daño clavando tu aguijón en la cabeza de mi familia en catalunya. Mal nacido. Son muchos los que disfrutarán las doce campanadas de hoy, qué nos dejes en paz por fin, tus últimos doce latidos.
Naciste cabrón, como diría un jabalí celtíbero, con parto doloroso a más no poder, que sufrí en mis carnes y que me hizo aborrecer de por vida lo que antaño llegaron a ser unas fiestas entrañables. Decidiste nacer así para hacer daño cuando tu presa bajaba la guardia, ya que aprovechaste que me relajaba un poco intentando volver a la normalidad cuando yo medio empezaba a respirar después de un final de 2012 angustioso, para aparecer, no por sorpresa, no, que ya sabía que venías, pero sí que no sabía quien eras realmente ni cuales eran tus intenciones.
Venías por mí, directo a matarte y naciste como un volcán para intentar derribarme desde un principio ya que sabías que, a pesar de mis debilidades, no sería fácil. Y ya ves, casi lo consigues, casi...
Te llevaste mi pasado, mis recuerdos, el bastón donde me apoyaba al abrir la puerta de mi día a día, te llevaste los únicos oídos que escuchaban mis sueños de victoria y elucubraciones del más alla... Te llevaste la mitad de mi legado y casi todo de lo que era; piloto de carreras... Por mucho que intenté no creerlo. Y sabías que me hundiría, sabías que me moriría, sabías que la identificación pasional con mi profesión era tal, que hacerla desaparecer de un día para otro sería la puntilla... Y sería un golpe definitivo. Además, me dejaste caer un buen puñado de obligaciones y burocracias que me rematarían en el albero cuando apenas todavía respiraba pasado unos días.
Pensé que conseguiría eludir tu golpe casi al completo. El plan era contar con el tiempocomo aliado y con otro sueño TT, el sexto, como armas para conseguirlo. Pero no.  Tú y mi inconsciente sabíais que el golpe era definitivo, el piloto había muerto y los muertos no resucitan en la realidad, aunque lo intenten en los sueños...
El hijo, con el tiempo, asumiría las reglas de la vida y aprendería a seguir erguido tras abrir la puerta del día a día, haciendo incluso beneficioso recordar toda una andadura que nunca te crees que te dejará pero que todos sabemos que ocurre cual destino irrevocable.
El piloto fue osado, lo sé. Luchar con esa garra dentro de tus 365 diabólicos dominios era un locura, nacida de la inconsciencia y sin pasar por el tamiz de la racionalidad inexistente a causa del dolor boreal que rodeaba el aire que respiraba los primeros meses de tu nacimiento. Era una guerra perdida antes de comenzar, más aún, era un auténtico suicidio. Nací de mi padre y con él nació mi otro yo, el piloto, y tuve que aceptar que tú decidieras cuando se iba uno, y como consecuencia irremediable, el otro.
Ya lo sabe todo el mundo: pagué cara mi ceguera. Me tragué un muro a velocidades tan irracionales cómo mi actitud, y casi me dejo allí mucho más de lo que me quedaba... Tú no hiciste nada, lo sé, no me empujaste a errar mi tiro, tú ya habías hecho tu trabajo meses atrás, cuando apenas habías nacido, y simplemente te regocijabas esperando a ver como yo sólito saltaba al vacío durante tu imperio. Te has reído, y mucho. Has disfrutado viéndome tantas veces al borde del precipicio después de lo que pasó segundos después de mi ultimo saludo al principe de la velocidad... ¿han sido tantos buenos momentos para ti, verdad?...
Y sin embargo, aquí estoy. Cual mala hierba que nunca muere, cual rata que después de apalearla sigue su huida, cual sueño que perdura en la mente de los soñadores por mucho que pase el tiempo... ¿Y tú? Tú agonizas. Te quedan solo horas, solo un puñado mísero de minutos y vueltas de reloj, solo un día, ni siquiera eso, para saborear mis lágrimas matinales. Disfrútalas. Son las últimas que verás, ha llegado tu hora, ahora eres tu quien te vas. Te vas para siempre. Ya, ya. Ya sé que me dejas destrozado, hecho un despojo, un chiste de mal gusto de lo que fui, pero estoy vivo, y tú, querido 2013, estás en el corredor de la muerte y ya no puedes volver atrás cual salida del baggage reclaim. Adiós, adiós,. Ya no te quedan fuerzas ni para rematarme hoy, aunque lo intentas.
Yo me quedo aquí, tú no. Yo me reinventaré. Tú, simplemente, desaparecerás en horas. Yo haré otras cosas y te olvidaré, algún día, y disfrutaré un poco más de mis melodías, de mis 3 de abril, de mis recuerdos, algunos...
He ganado, como solía hacer, aunque me haya y me esté costando la vida, aunque haya empezado ya mi muerte...
Lo siento, 2013, pero seré yo el que me de el gusto de verte morir primero. Adiós, 2013. Usted primero, por favor. Jajajaja Jajajaja ja Jajajaja..... (risa de loco, lagrimera y forzada, pero risa, al fin, por fin…

Antonio Maeso

Monday, December 30, 2013

Pirelli Diablo en SoloMoto por Antonio Maeso

Prueba en Vallelunga del neumático que introducía Pirelli hace unos años en competición, sacado directamente del mundial de SSP. Tuve la suerte de probarlo en motos del mismo mundial así como la moto campeona del mundo de Ten Kate. De esas experiencias que no olvidas. Descarga el pdf aquí